La calidad del secado
- doriszamora1997
- 8 nov 2015
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Dependiendo del valor económico de las semillas, las pérdidas pueden ser financieramente importantes, sin mencionar las pérdidas cualitativas asociadas. Éstas fácilmente pueden ser superiores a los costos de secado completo. El secado por su lado puede ser una fuente de problemas si no es ejecutado adecuadamente, ya que puede causar agresiones térmicas, que son siempre dañinas a las semillas. Por esta razón el secado debe ser objeto de mucha atención y cuidado. Los procesos deben ser tales que, las semillas no alcancen temperaturas superiores a un cierto valor. Este valor varía de acuerdo con la especie, pero ha quedado perfectamente establecido que las temperaturas del aire de secado superiores a 43 °C son dañinas para la calidad de la semilla. Existen casos especiales, tal como la semilla de arroz, sensible a la temperatura de secado, esta no debe sobrepasar 39 ºC (Morant, Miranda y Salomón; 2004).
Además de estas cuestiones de carácter más amplio en el volumen de semilla seca, existen otros aspectos que afectan a las semillas de forma individual. La primera de ellas es cuando el sistema de secado es capaz de tratar todo y cada una de las semillas de manera homogénea (Morant, Miranda y Salomón; 2004).
Los diferentes tratamientos para el secado de semillas, puede hacer que éstas estén sujetos a condiciones extremadamente desfavorables en lo que se refiere al mantenimiento de la calidad, considerando que los parámetros medios del secador como un todo estén en las condiciones deseadas. Las propias semillas pueden introducir diferencias individuales, pues no todas están con el mismo grado de humedad. Las diferencias entre lotes pueden ser fácilmente resueltas con descargas en tolvas diferentes y procesos distintos (Morant, Miranda y Salomón; 2004).
Sistema de secado:
El secado de las semillas puede efectuarse mediante sistemas que utilicen aire a temperatura ambiente o aire caliente y la elección del mismo depende básicamente del volumen de producción de semillas y de las condiciones ambientales de la zona (Morant, Miranda y Salomón; 2004).
Por tanto, el sistema de secado elegido variará en complejidad y eficiencia de acuerdo con las condiciones particulares en que trabaja cada productor de semilla (Morant, Miranda y Salomón; 2004).
Secado Natural: Se trata de la forma más antigua y clásica de lograr que la semilla quiera niveles adecuados de humedad, que permitan su fácil conservación, lo que se alcanza generalmente con bastante posibilidad de éxito (Morant, Miranda y Salomón; 2004).
El proceso consiste en la desecación natural mediante la acción del sol o del aire (Morant, Miranda y Salomón; 2004).
Según Morant, Miranda y Salomón (2004); es uno de los sistemas más comunes y de más bajo costo, ya que no exige ni el conocimiento de técnicas refinadas, ni la disponibilidad de instalaciones especiales; adaptándose a aquellas situaciones en que la producción de semillas del establecimiento no alcanza volúmenes elevados.
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